domingo, 17 de abril de 2011

El Poder de las Emociones

¿Sabemos o nos han enseñado que reprimir la expresión de nuestras emociones es también reprimir nuestras funciones orgánicas? La ciencia está demostrando que esto repercute muy directamente en nuestra salud. Una emoción no liberada de forma natural hace que esa energía se acumule, produciéndose con ello un “atasco” y con él, una disfunción. De manera que un “bloqueo energético” provoca irremediablemente un "bloqueo físico”
De ahí la importancia de educar a nuestros hijos con el valor que tiene identificar, aceptar y comprender sus propias emociones. Enseñarles en definitiva a que estén más seguros y cómodos con ellas para que en un futuro, aprendan a utilizarlas de manera positiva.


Nuestras emociones proceden del pasado más remoto. Son una especie de carteles indicadores de la supervivencia. El miedo por ejemplo, es una emoción necesaria para no quedarnos paralizados ante una situación de peligro, así que las emociones (positivas o negativas…) no son simplemente vibraciones que emitimos si no que además, han sido absolutamente vitales en nuestra persistencia y evolución.
Hoy en día la psiconeuroinmunología, que estudia desde hace más de veinte años los efectos de la mente sobre el sistema inmunológico, ha conseguido demostrar que las células cerebrales y las inmunes, poseen idénticos receptores. Para entenderlo un poco mejor diremos que todas las moléculas operan en dos planos: el emocional (en su aspecto vibracional) y el de partícula o fisiológico. En este último las moléculas se mueven por el cuerpo, encajando en los receptores de las células como una llave en su cerradura. Cuando esto ocurre, se produce un cambio en la célula pero… lo realmente increíble es que estas “moléculas de las emociones” pueden llegar a afectar a ¡todas las células del cuerpo!
Se ha comprobado también que las moléculas de la emoción rigen procesos tan importantes como la propia digestión o los esfínteres del aparato digestivo, incluso las válvulas del corazón. Así que en realidad moléculas y emociones rigen nuestra fisiología. También en el flujo sanguíneo hay células inmunitarias que se desplazan hasta el cerebro, convirtiéndose en el mismo en células cerebrales. Esas células se organizarán después según nuestro estado emocional. Es decir: que innegablemente hay comunicación entre cuerpo y mente y las emociones son como un puente que une estas dos partes. Así que es de suma importancia no solo psicológica si no física, la influencia emocional que podamos ejercer sobre nuestro cuerpo.
La medicina psicosomática tiene en cuenta la perspectiva bio-psico-social de una enfermedad. Cuenta con estos factores como influyentes en el proceso de “creación” y “desarrollo” de la misma, además de los factores psicológico y ambiental que rodean a la persona. Así que tiene en cuenta que TODO ESTÁ RELACIONADO, que no vivimos ni funcionamos de forma aislada, sino interrelacionados y en interacción con TODO lo que hay a nuestro alrededor. Ante esta unión es donde nos damos cuenta de que el cuerpo y los órganos no funcionan de manera independiente. Avalan estas afirmaciones investigaciones científicas de rigor que están demostrando que el cuerpo puede y debe ser curado a través de la mente y a su vez la mente puede y debe ser curada a través del cuerpo. Por tanto ambos, no solo ¡no están separados! si no que no podemos tratar, ni entender a uno sin el otro.
Cualquier trauma vivido tiene siempre un origen mental y emocional y muy probablemente tenga a su vez consecuencias físicas. Las emociones pasadas se almacenan en el cerebro y la médula espinal como recuerdos que son capaces de cambiarnos de manera psicológica pero también física. Un fracaso sentimental (por ejemplo) puede llevarnos a vivir nuestras próximas experiencias amorosas acompañadas de una sensación de malestar, ira, miedo…
Lo realmente importante es entonces entender que la mente, las ideas y todo lo que podamos pensar nos provoca unas emociones determinadas y que estas, influyen directamente en nuestras moléculas y por tanto, también en nuestra salud (psíquica y física) En definitiva se trata de comprender que el cerebro percibe las emociones y las asocia a una experiencia concreta, que condiciona nuestras siguientes acciones. Por eso a veces sentimos que vivimos continuamente una misma situación (familiar, laboral, etcétera) Se repite una y otra vez porque nuestro cerebro ha asumido que así es como será lo que va a ocurrir…
La doctora Candace Pert (nos habla en entrevistas o libros de los estudios mencionados en el artículo y es psicofarmacóloga de prestigio internacional) concluye el tema moléculas de la emoción con una frase: "La mente no domina al cuerpo, sino que se convierte en cuerpo porque cuerpo y mente son una sola cosa"




Ø  Libro recomendado: Molecules Of Emotion, Dra. Candance Pert ("Moléculas de la Emoción")
http://www.amazon.com/Molecules-Emotion-Science-Mind-Body-Medicine/dp/0684846349

MOLÉCULAS DE LAS EMOCIONES YOUTUBE
(parte de la película documental: ¿¡Y tú qué Sabes!?)

 

Somos lo que pensamos


En 1994 el japonés Masaru Emoto realizó un curioso experimento. En él se estudiaban las vibraciones producidas en las moléculas de agua, tras someterlas a técnicas de resonancia magnética. Las muestras “influenciadas” se congelaron y los cristales de agua obtenidos de ellas, se observaron a través de un microscopio.

Los resultados fueron sorprendentes, quizá desconcertantes… Las muestras reflejaban un cambio substancial en sus estructuras. Este resultado sugirió planteamientos sobre cómo nos afectarían a nosotros mismos los Pensamientos, si estamos constituidos en un setenta-ochenta por ciento de este primordial elemento líquido…

Un ejemplo del experimento es el siguiente: muestras con patrones irregulares de agua (contaminada) se transformaron al ser sometidas a la audición de canciones tradicionales, oraciones religiosas o música clásica, en bellos cristales hexagonales. “Indiferentes” cristales de agua destilada, mostraron maravillosos patrones geométricos al dedicarles palabras de agradecimiento. Pero también sucedió al contrario, obteniéndose inarmónicas estructuras al someterlas a las muestras a frases desagradables.



Algunos ejemplos gráficos de algunas de las imágenes tomadas a las muestras sometidas a diferentes resonancias.


Ahora sabemos que el agua siente en forma de vibración. Un ejemplo típico sería el hecho de lanzar una piedra a un lago, inmediatamente aparecerían los efectos de este contacto en forma de ondas. El Dr. Emoto explica que el agua está viva, que cambia su vibración y su forma según lo que sienta alrededor…

Con los resultados obtenidos surgieron preguntas y reflexiones trascendentales. Cada vez más físicos razonan sobre estas cuestiones, sobre la interrelación existente entre la Mecánica Ondulatoria y la Física Cuántica. Si nosotros somos agua y somos vibración… inevitablemente nos influirá Todo cuanto ocurre a nuestro alrededor.

Nuestro propio cuerpo está constituido en un setenta-ochenta por ciento de agua y se ha comprobado que esta, lejos de estar inanimada, ¡está realmente viva! Que además responde de manera sorprendente a nuestros pensamientos y emociones, o a las distintas vibraciones presentes en el Universo. Ahora que sabemos que lo que sentimos (positivo o no) nos afecta tanto, que hasta puede influir en nuestro estado de salud. Que somos lo que pensamos… deberíamos plantearnos dos cuestiones básicas: cómo nos afecta un determinado pensamiento y el Poder REAL que ejercen sobre nosotros.

 Descubrirlo no es un camino fácil porque tampoco lo es controlar los sentimientos… y quizá esté ahí la respuesta, no en tratar de con-tro-lar si no de identificar. Ser capaces de reconocer las emociones y sentimientos que nos producen determinadas situaciones o pensamientos. Para a partir de ahí, trabajar la manera en que nos influyen. Queda preguntarse si somos capaces de CAMBIAR todo eso que nos afecta de manera negativa para convertirlo en algo positivo. Si queremos o dejamos que nos afecten aparentes Pensamientos inofensivos


Ø Enlace de interés: (fragmento de la película-documental ¿¡Y tú que sabes!?)