domingo, 17 de abril de 2011

Somos lo que pensamos


En 1994 el japonés Masaru Emoto realizó un curioso experimento. En él se estudiaban las vibraciones producidas en las moléculas de agua, tras someterlas a técnicas de resonancia magnética. Las muestras “influenciadas” se congelaron y los cristales de agua obtenidos de ellas, se observaron a través de un microscopio.

Los resultados fueron sorprendentes, quizá desconcertantes… Las muestras reflejaban un cambio substancial en sus estructuras. Este resultado sugirió planteamientos sobre cómo nos afectarían a nosotros mismos los Pensamientos, si estamos constituidos en un setenta-ochenta por ciento de este primordial elemento líquido…

Un ejemplo del experimento es el siguiente: muestras con patrones irregulares de agua (contaminada) se transformaron al ser sometidas a la audición de canciones tradicionales, oraciones religiosas o música clásica, en bellos cristales hexagonales. “Indiferentes” cristales de agua destilada, mostraron maravillosos patrones geométricos al dedicarles palabras de agradecimiento. Pero también sucedió al contrario, obteniéndose inarmónicas estructuras al someterlas a las muestras a frases desagradables.



Algunos ejemplos gráficos de algunas de las imágenes tomadas a las muestras sometidas a diferentes resonancias.


Ahora sabemos que el agua siente en forma de vibración. Un ejemplo típico sería el hecho de lanzar una piedra a un lago, inmediatamente aparecerían los efectos de este contacto en forma de ondas. El Dr. Emoto explica que el agua está viva, que cambia su vibración y su forma según lo que sienta alrededor…

Con los resultados obtenidos surgieron preguntas y reflexiones trascendentales. Cada vez más físicos razonan sobre estas cuestiones, sobre la interrelación existente entre la Mecánica Ondulatoria y la Física Cuántica. Si nosotros somos agua y somos vibración… inevitablemente nos influirá Todo cuanto ocurre a nuestro alrededor.

Nuestro propio cuerpo está constituido en un setenta-ochenta por ciento de agua y se ha comprobado que esta, lejos de estar inanimada, ¡está realmente viva! Que además responde de manera sorprendente a nuestros pensamientos y emociones, o a las distintas vibraciones presentes en el Universo. Ahora que sabemos que lo que sentimos (positivo o no) nos afecta tanto, que hasta puede influir en nuestro estado de salud. Que somos lo que pensamos… deberíamos plantearnos dos cuestiones básicas: cómo nos afecta un determinado pensamiento y el Poder REAL que ejercen sobre nosotros.

 Descubrirlo no es un camino fácil porque tampoco lo es controlar los sentimientos… y quizá esté ahí la respuesta, no en tratar de con-tro-lar si no de identificar. Ser capaces de reconocer las emociones y sentimientos que nos producen determinadas situaciones o pensamientos. Para a partir de ahí, trabajar la manera en que nos influyen. Queda preguntarse si somos capaces de CAMBIAR todo eso que nos afecta de manera negativa para convertirlo en algo positivo. Si queremos o dejamos que nos afecten aparentes Pensamientos inofensivos


Ø Enlace de interés: (fragmento de la película-documental ¿¡Y tú que sabes!?)







 

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